La Diócesis de La Rioja tiene dos nuevos diáconos: Ricardo Saurral y Daniel de la Vega. El diácono se define por el servicio: enseñar, santificar y pastorear, ser el que recuerde, con su vida, que todos somos servidores en la Iglesia.

Ricardo Saurral recibió la ordenación diaconal en la Parroquia San Pedro. Tiene 53 años y está casado con Cecilia, con quien tiene dos hijos, Emmanuel y Natalia. Ricardo se convirtió en el decimotercer diácono permanente que se ordena en la Diócesis de La Rioja. En sus palabras de agradecimiento, expresó: “No vine a dar nada, sólo a devolver lo que he recibido”.

“Ante la propuesta recibida, y consultando a mi familia que dio su consentimiento y apoyo, acepté este camino de preparación, fueron largos años de viajar a la madrugada y regresar a la tarde todos los sábados, organizando mis obligaciones laborales y familiares para poder tener tiempo de estudiar y poder cumplir con las tareas y materias que cursábamos”, contó Ricardo. “Ver la luz entre tanta oscuridad, es ese aliento de vida que te impulsa a cumplir lo que Dios disponga”, dijo sobre el momento difícil que estamos pasando.

Por otro lado, Daniel de la Vega, de 64 años, recibió la ordenación diaconal en la Parroquia de Anillaco, en Anjullón. “El diaconado le da una gracia especial a lo que hago, pero sobre todo me da la continuidad de la consagración a Dios y a su Reino, de amor, justicia y paz, y me constituye en un ministro de la gracia, un servidor de la gracia, un canal que en profundidad es la esencia de todo ordenado”, contó.