#IglesiaPresente
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El terremoto vivido el pasado 19 de enero en la provincia de San Juan golpeó con fuerza en las zonas más humildes de la ciudad. Y en los asentamientos ubicados en el barrio de Rivadavia, La Paz y Pellegrini, lo daños fueron brutales para las viviendas de 240 familias.
Alejandra, una de las lideres del asentamiento Pellegrini, nos cuenta que los segundos del sismo fueron terroríficos. Sin embargo, y gracias a Dios, no tuvieron que lamentar pérdidas fatales y hoy el barrio se encuentra construyendo de nuevo sus hogares, mientras una olla popular prepara a diario 650 raciones de comida. Mientras ordenan las donaciones recibidas, Alejandra nos dice que “La Fe para mí lo es todo. Cada paso que doy llevo a Dios conmigo. Y para todos ellos -señalando a las personas del asentamiento- la Fe también lo es todo, es lo único que nos queda para aferrarnos, es lo único que nos puede salvar”.
Allí donde están los olvidados, los discriminados, la Iglesia está para ayudar y acompañar a sus fieles, colaborando con donaciones y alimento, pero también y sobre todo con la Palabra. Manina, referente del asentamiento La Paz, nos cuenta que dos días después del terremoto recibieron la visita de Monseñor Jorge Lozano y fue recién ahí que, con su calidez y su Palabra pudieron relajarse y llorar, por primera vez. Con lágrimas en los ojos reflexiona, “La Fe es algo muy grande, como dice la Palabra mueve montañas. Quizás no podés ver, pero si ponés esperanza en Dios, Él te cumple. Él sabrá cuál es el propósito que tiene con nosotros. Si le da de comer a las aves, como no nos va a dar de comer a nosotros”.
Qué emocionante sabernos parte de una Iglesia que está presente para su comunidad en cada rincón del país, y agradecemos a las comunidades de estos asentamientos por recibirnos y contarnos su realidad.