La Basílica de Itatí es tan imponente como el arrastre popular que tiene su celebración. Ubicada en la plaza principal de la ciudad correntina, se la pude apreciar desde las aguas del Río Paraná, ya que la misma se encuentra a doscientos metros de sus costas. Comenzó a construirse en 1938 y fue habilitada dos años después, para el cincuentenario de la Coronación de la Virgen. El lugar tiene capacidad para nueve mil personas y su arquitectura es única en la región. La primera capilla que funcionó en el lugar permanece a un costado de la Basílica, y hoy funciona como Museo Sacro. Su cúspide es la más alta de Sudamérica, ya que alcanza los 88 metros, siendo coronada por una imagen en bronce de la Virgen. La imagen principal de la Virgen está adentro de una vitrina giratoria, que va cambiando el sentido según las actividades del día. Es decir, durante las misas está de frente a los fieles y en momentos de oración, mira hacia el camarín que está detrás del altar.