Enclavado en el medio de la montaña, como si fuera una escalera al cielo, se encuentra el pueblo de Iruya, a 2780 metros de altura sobre el nivel del mar. Una postal panorámica permite ubicar fácilmente la referencia principal del lugar: la Iglesia Nuestra Señora del Rosario y San Roque. La Iglesia fue construida en 1753 y fue sufriendo reformas con el correr de los años. Inicialmente, el techo exterior era de barro y paja y el piso era de adobe. En la primera mitad del Siglo XX, se construyó un nuevo techo, esta vez de zinc, y se reemplazó el adobe por la superficie actual. Al igual que la mayoría de las edificaciones de la Puna y la Quebrada, cuenta con una nave y una torre, que sirve también de campanario. La imagen principal de la Virgen del Rosario que está dentro del templo es moderna, no así el Crucifijo, que data del Siglo XVIII y se presume que fue confeccionado en el Alto Perú. Asimismo, se conserva una antigua bandera argentina con todos los símbolos tradicionales, que habría llegado al templo en 1890. Fotos: Agustín Panelo