"Mi nombre es Valentín y soy dirigente juvenil de la Basílica San José de Flores. Este año que pasó fue difícil porque no pudimos hacer las mismas actividades en comunidad a las que estábamos acostumbrados. Nosotros solíamos hacer 10 retiros y 2 viajes misionales por año, y nos vimos obligados a reestructurar todo nuestro cronograma. Los primeros meses estuvimos pensando cómo hacer encuentros que nos involucraran a todos, y finalmente hicimos el “zoomnáculo”, que es el cenáculo, pero en la virtualidad, que fue puntualmente para chicos que ya habían hecho un retiro.

En julio hicimos la “Misión de Invierno” y en enero la “Misión de Verano”, esto fue un encuentro entre nosotros y también encuentros lúdicos con los niños de Pellegrini y charlas con los jóvenes. Asimismo, hicimos “Navidad Joven”, en donde se priorizó más el encuentro interpersonal que el servicio. Todo esto lo pudimos hacer sólo de manera virtual.

Nuestra infaltable “Misión de Navidad” la pudimos hacer con protocolo. Comúnmente se organizaba una cena de gala en la canchita de la Parroquia, y los jóvenes nos vestíamos de mozos y les servíamos una cena con entrada, plato principal y postre para la gente en situación de calle. En esta oportunidad armamos una vianda con comida navideña, pan dulce y bebidas, nos ubicamos en la puerta de la parroquia y cada persona se llevaba una bolsa.

Así es que pese a las dificultades que se presentaron el año pasado pudimos acomodarnos a las circunstancias y acercamos de una manera diferente, pero no menos fraterna. De algún modo también hicimos comunidad, y si Dios quiere, pronto vamos a poder volver a los retiros presenciales".