Durante este mes, el pueblo salteño venera a sus Santos Patronos, El Señor y Virgen del Milagro, en cada una de las diferentes celebraciones en su honor. La comunidad peregrina, desde distintos puntos de la provincia y alrededores, agradeciendo por los bienes recibidos.

La historia comenzó en 1592, cuando el obispo Fray Francisco de Victoria, donó al pueblo de Salta la imagen de un Cristo crucificado y la imagen de la Virgen del Rosario. Ambas llegaron en barco a Lima y emprendieron una travesía hasta llegar a destino. Cuando la comitiva llegó a Salta, se ubicó la imagen del Cristo en el Altar de las Ánimas, pero pasaron 100 años y el Cristo quedó completamente en el olvido. En septiembre de 1692, comenzaron los terremotos y la ciudad de Esteco quedó destruida, pero fueron evidentes los signos de protección para la ciudad de Salta. A causa de los terremotos, la corona de la Virgen se cayó al suelo y el pueblo pudo observar la imagen de la Virgen caída de su hornacina, en actitud suplicante.

En ese momento, el padre José Carrión sintió una voz que le decía que mientras no sacasen en procesión al Santo Cristo abandonado, no cesarían los terremotos. A partir del año 1692, las imágenes del Señor Cristo crucificado del Milagro y la imagen de la purísima concepción Virgen del Milagro, son sacados en procesión y renovados en pacto de fidelidad.

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