Los seminaristas del Seminario Mayor de Tucumán peregrinaron hacia Catamarca con motivo de la beatificación de Fray Mamerto Esquiú. El solo hecho de saber que el fraile atravesó los mismos suelos tratando de imitar a Jesús, alentó a los jóvenes a continuar y marcó a fuego su camino de formación sacerdotal.

Durante la peregrinación se experimentó un clima de fraternidad, alegría y gran comunión eclesial, que compartieron con pares de la Diócesis de Mercedes-Luján y frailes franciscanos. Juntos asistieron con profunda devoción a la misa de beatificación en el departamento de Valle Viejo, en la que se pudo sentir en el aire el fervor de los fieles y la presencia de Fray Mamerto. Finalmente, los seminaristas visitaron la localidad rural llamada “El suncho”, lugar en el que murió el nuevo beato en 1883. Allí se pudo sentir la Fe sencilla de la gente a través de sus actos de piedad popular, antes, durante y luego de la misa. 

Tras el cansador pero hermoso viaje, regresaron al Seminario con el corazón lleno de vivencias que los alientan a tener la mirada en el cielo y los pies en el camino, imitando a Fray Mamerto en su ardor misionero que es lo que tanto pide Jesús.

Fotos: Luis Díaz.