#Vocaciones

Fabiana

Me entusiasma levantarme todos los días sabiendo que voy a ayudar a mucha gente que lo necesita. Hay días que son más difíciles que otros, porque vengo con cansancio, dolor de cintura o de espalda. Además debo atender las necesidades de mi familia, a mis hijos, pero mientras sé que tengo mi casa y mis comidas diarias, hay mucha otra gente que no tiene para comer y no cuenta con un abrigo para protegerse del frío. Trato siempre de involucrar a más familiares. Por ejemplo, a mi mamá le digo que prepare el pan que vamos a repartir el sábado. Y así voy sumando a otros, que a la larga, va a permitir que esa ayuda llegue cada vez a más gente. Este trabajo que hago en la Parroquia San Martín de Porres de Moreno Sur es gratificante, pero también es muy triste. Una aporta su grano de arena, pero también ves que falta mucho, que todos los días hay gente que hace más de una hora de cola para recibir su plato de comida porque tiene hambre y de otra manera no podría comer. La comida y la ropa son importantísimas, como también las donaciones de la gente, pero también es importante brindarles una palabra de aliento, escucharlos, darles esa contención que muchas veces necesitan, como así también que se puedan acercar a una imagen de Jesús o de la Virgen para rezar y hacer sus peticiones.
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