En el año 1987 una tarde que el sacerdote Ramón González visitaba el hospital Ramón Carillo de San Vicente vio que algunos enfermos que estaban solos no podían, por ejemplo, alimentarse. Así es que empezó a ir todos los días a ayudar a quienes lo necesitan. Desde ahí es que surge el germen de la Pastoral de la Salud y la Vida de la diócesis de Lomas de Zamora, y se extiende por todos los hospitales de la zona, hasta el día de hoy.

María Rosa, coordinadora de la Pastoral, nos cuenta que “El señor suscitó en los corazones de muchos que han pasado por esta pastoral este gran desafío que es la unión de ánimos, vincularnos todas las voluntades para ayudar de forma desinteresada, en caridad cristiana, y en acompañar a los que sufren”.

Sin embargo, el año pasado en razón de la pandemia y los protocolos, los voluntarios no pudieron ingresar a los hospitales, pero de igual manera estuvieron presentes. En todo este tiempo acompañaron a los enfermos con la escucha y la oración vía WhatsApp, también hicieron llegar productos de higiene personal o ropa. A través de las redes sociales rezaron el Santo Rosario en comunidad, y para fin de año, celebraron la Santa Misa de Nochebuena en las inmediaciones exteriores del hospital. Guillermina, una voluntaria de la Pastoral reflexiona “Nuestra forma de acompañar es sosteniendo la mano del enfermo con una sonrisa, o una caricia, llevando la esperanza de la resurrección. Estamos esperanzadas en volver a brindar este servicio, fortalecidas con la palabra de Dios, la Eucaristía y la Oración”.

Nos enorgullece ver como las voluntades unidas en acción y la Fe pueden tender lazos de ayuda cristiana.