#Vocaciones
Ana
Soy Ana Beccar Varela y mi vocación viene de muy chica. En mi casa siempre estuvo en la mesa la necesidad de ayudar a otros y eso me fue aportando sensibilidad. Unos años después, como estudiante de psicología, trabajé en barrios muy vulnerables y eso terminó definiendo mi vocación.
Actualmente trabajo en el Centro de Adicciones La Casa Azul, en el barrio La Cava. Siento la satisfacción de poder aportar mucho, ya que mi recorrido y mi experiencia me permiten afrontar situaciones para las cuales otra gente quizás no está preparada. Y no es fácil, porque tengo momentos en que debo apoyarme en mi terapeuta y en personas cercanas que me escuchan y me aconsejan.
Esto me dejó y me sigue dejando satisfacciones muy grandes. Acompañé procesos por los que nadie daba nada, y de repente sentí que le había salvado la vida a alguien. Y eso no se puede explicar con palabras, porque es una satisfacción muy mía, muy personal, algo así como ese sueño adolescente de dar la vida por el otro.
Muchas veces existen reconocimientos, del lugar, de otras personas, pero el más grande e importante de todos es el que tengo conmigo misma: saber que pude salvarle o mejorarle la vida a otro es algo mágico y milagroso.