Mi nombre es Gastón Dutra y soy un agradecido a Dios de poder trabajar de lo que quiero, de lo que me gusta. Soy operador en La Casa Azul, lugar donde se tratan los jóvenes con adicciones del barrio La Cava, me siento muy feliz de poder ayudar a quien lo necesita, ver a los jóvenes desde otra mirada, desde otra realidad. Lo más gratificante es cuando ves a un pibe recuperado. Porque esto se trata de un proceso, que lo viviste, lo viste muy mal y hoy te lo encontrás con una familia, con su vida encausada y lejos de esa oscuridad que es la droga, el alcoholismo, los delitos. Un día, después de trabajar durante muchos años, lo ves bien, ya recuperado, con un trabajo en blanco y cerca de las personas que lo quieren y eso realmente te enorgullece.