"Mi nombre es Stella Maris, soy parte de la cocina del comedor de la Parroquia Nuestra Señora del Valle, en Ingeniero Allan. Mi rol es, además de venir todas las mañanas y empezar muy temprano cortando las verduras y los alimentos que vamos a usar, preparar la comida para los cocineros. Acá entregamos entre 600 y 700 porciones por día, que es el alimento para 70 familias aproximadamente. Hemos llegado a dar viandas para 1000 familias, que generalmente son de 8, 10 o 12 personas.

Es un trabajo difícil porque hacemos todo entre muy pocas personas por un tema de protocolos. Acá hay mucha necesidad y la gente viene así llueva o truene, por eso es muy importante lo que hacemos, es fundamental para ellos porque sino no comen.

A mí me motiva venir a hacer este trabajo porque a esta comunidad le debo mucho. Soy madre soltera y alquilo una casa acá en el barrio y el año pasado estuve a punto de quedar en la calle con mis hijos, pero desde el comedor me ayudaron y pude seguir en mi casa. Hoy trabajo acá para retribuirles todo lo que ellos me apoyaron, además de que me llevo las porciones de comida para mis hijos.

La Fe, como todos dicen, mueve montañas, y es lo que nos guía y nos empuja todos los días a seguir adelante. A nosotros para venir y poner el cuerpo y cocinar; y a la gente que viene a buscar su vianda, para que no pierdan la Fe en que quizás un día no tengan más la necesidad de tener que salir a buscar la comida y puedan ellos mismos poner un plato de comida en su mesa".