Cecilia Herrera de la Rinconada, en Pocito, San Juan, la noche del 19 de enero estaba reunida con su familia festejando el segundo cumpleaños de su hija Alba, cuando a las 23:45 sucedió el terremoto. “Fueron momentos de mucho miedo porque sentimos una explosión y quedamos encerrados en la casa de mi mamá, y de inmediato se cortó la luz. Todos corrían queriendo salir, hasta que pudimos hacerlo por unas ventanas. Al rato fui a ver mi casa y ahí vi este desastre”. La casa de Cecilia se cayó completa, se desplomó, y bajo tierra quedaron sus muebles, su ropa, los juguetes de sus hijos. “Tenemos que estar agradecidos a Dios que no estábamos esa noche acá, porque si hubiéramos estado durmiendo la viga que rompió la cama de mis hijos, hubiera caído sobre ellos. Eso sí que fue un milagro de Dios” Reflexiona emocionada Cecilia, y nos cuenta que además de las donaciones materiales que están recibiendo, fue muy reconfortante cuando recibieron la visita del Arzobispo, porque les llevó el Señor a la casa.
En el viaje que realizó Programa Fe a la provincia de San Juan pudimos ver que con esperanza las familias sanjuaninas vuelven a pararse, confiando en que Dios está a su lado y la Iglesia, presente.
